ProOpera, noviembre 8, 2021
Roberto San Juan
 
 
Liederabend, Miami, 14. Oktober 2021
 
Jonas Kaufmann en Miami
Octubre 14, 2021. Dentro de su apretada gira norteamericana, el aclamado tenor alemán Jonas Kaufmann debutó en el Adrienne Arsht Center de Miami con un recital junto a su habitual colaborador, el pianista Helmut Deutsch. La primera parte consistió en 9 lieder de Franz Liszt seleccionados de entre los que aparecen en la reciente grabación para el sello Sony, Freudvoll und leidvoll (Alegre y triste), título homónimo de un poema de Johann Wolfgang von Goethe que Liszt musicalizó en dos versiones diferentes de expresión contrastante. Delicada e intimista la S.280 nº 1 de 1844 e incisiva y enérgica la S.280 nº 2 de 1849, ambas sonaron en esta primera parte del recital.

Liszt es conocido por el gran público, sobre todo por sus poemas sinfónicos, conciertos para piano y arreglos y transcripciones para piano de obras orquestales. Sus lieder son pequeñas joyas musicales y el recorrido a través de ellos ofrece una visión tanto del Liszt más intimista (‘Im Rhein, im schönen Strome’) como del extrovertido y arrollador. ‘Vergiftet sind meine Lieder’, de carácter heroico, abrió el recital, y en ‘O lieb, so lang du lieben kannst’, de 1843, que siete años más tarde adaptaría en el famoso Liebestraum nº 3, quedó patente la brillantez y la potencia vocal del tenor, así como la riqueza y belleza de su timbre. Sin duda, Kaufmann domina su instrumento. La media voz y el timbre velado del citado ‘Im Rhein, im schönen Strome’ o de ‘Es war ein König in Thule’ resultaron magníficos, al igual que los filados y crescendi de ‘Ihr Glocken von Marling’.

El veterano Deutsch acompañó al piano con una perfección y sutileza difícilmente superables. Apoyó a la voz y se fundió con ella en sus matices y expresión, logrando una simbiosis de elevadas cotas artísticas. Ejemplos de ello fueron ‘Die drei Zigeuner’ y, sobre todo, ‘Die Loreley’, que culmina con un pianissimo en el registro agudo con el que Kaufmann hizo contener la respiración a la audiencia. Lástima que una parte del público rompiera la magia de ese silencio final anticipándose en los aplausos.

Tras una brevísima pausa, y con una parte del público aún regresando a la sala, el recital continuó con un contenido ahora muy diferente. Integrada por 12 lieder de 11 compositores distintos, la segunda parte se constituyó como un variado grupo de canciones sin una línea de continuidad común. Todas ellas, sin embargo, aparecen recogidas en otro de los últimos CD de Kaufmann y Deutsch, grabado, al igual que el anterior, durante la pandemia y cuyo título Selige Stunde (Bendita hora) está tomado del lied homónimo de Alexander von Zemlinsky. Franz Schubert fue el compositor que sonó dos veces, con sendos lieder, ‘Der Musensohn’ y ‘Wanderers Nachtlied II’, que encuadraron a un infrecuente lied de Wolfgang Amadeus Mozart, ‘Das Veilchen’.

El recital continuó con ‘Als die alte Mutter’ de Antonin Dvorák y el popular ‘Wiegenlied’ de Johannes Brahms, donde de nuevo destacó la voz velada del tenor, casi susurrando, en total simbiosis con el magistral acompañamiento de Deutsch. Tras ‘Still wie die Nacht’ de Carl Bohm, sonó el arreglo que Alois Melichar realizara del Estudio Op. 10 nº 3 de Frédéric Chopin, ‘Tristesse’, musicalizando un texto de Ernst Marischka. El recital prosiguió con ‘Nur wer die Sehnsucht kennt’ de Piotr Illich Chaikovski y un extraordinario ‘Zueignung’ de Richard Strauss que arrancó los bravi del público. Tras él, el citado ‘Selige Stunde’ de Zemlinsky seguido de ‘Verborgenheit’ de Hugo Wolf, para concluir con el maravilloso ‘Ich bin der Welt abhanden gekommen’ de Gustav Mahler, donde de nuevo piano y voz se fundieron en un único universo poético.

Respondiendo a los calurosos aplausos, Kaufmann y Deutsch regresaron a Liszt con la interpretación de ‘Es muss ein Wunderbares sein’ como único bis.






 
 
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