El Mercurio, 2 de marzo de 2013
Juan Antonio Muñoz H.
 
EL FESTIVAL SAGRADO
Jonas Kaufmann vale tres Wagner
2013 es año bicentenario para Richard Wagner, y qué mejor que celebrarlo con lo mejor del mundo de la ópera. Quién iba a decir que un cantante que partió su vida artística cantando papeles como Tamino (“La flauta mágica”) y Alfredo (“La traviata”) estaría convertido en un tenor capaz de asumir títulos como “Lohengrin” y “Parsifal”. Este verano trae a Jonas Kaufmann en tres formatos, todos ellos irresistibles para cualquier wagneriano puesto al día.
La primera cita es hoy mismo, cuando los cines del mundo conectados en directo con el Metropolitan de Nueva York se repleten para la transmisión de “Parsifal”, una ópera que Kaufmann ya cantó antes en Zürich (2006). La crítica ha sido unánime en declarar esta puesta en escena como una de las más interesantes de la historia del MET de los últimos 30 años, y en las redes sociales el público ha escrito frases encendidas como que es “una de las experiencias musicales y dramáticas más profundas” de las que tienen recuerdo. Quienes se asustan con las modernizaciones tampoco se han visto tan agredidos, porque aunque aquí no hay caballeros con armadura sino que están todos de camisa blanca y pantalón, sí existe el cisne abatido por el joven e ingenuo Parsifal del primer acto, sí hay espada, herida de Amfortas, niñas flores y Santo Grial... Bastante tradicional, ¿no les parece? Se trata de una puesta minimalista que se desarrolla en un mundo postapocalíptico, donde reina la sequía y la desesperanza. La régie (François Girard) centra su concepción en la herida que no sana y por eso algunas escenas se desarrollan en un lago de sangre: es como si el director nos situara al interior de esa llaga. Sobre el sentido de este “Festival Sagrado”, como Wagner denominó su obra, Kaufmann dice que “cada frase de esta ópera arroja muchos misterios. Sin duda hay que atender a la compasión, la misericordia, el sentido trascendente de la vida y a aspectos como la reencarnación, pero tratar de resolver cuál es el significado último, es muy difícil. Si uno abre una puerta, tras ella se encuentran otras dos, y así, de manera que las posibilidades de interpretación aumentan a medida que uno indaga”. El elenco es magnífico: aparte de Kaufmann están René Pape (Gurnemanz), Katarina Dalayman (Kundry, uno de los roles más complejos y pesados del repertorio), Peter Mattei (Amfortas) y Evgeny Nikitin (Klingsor), todos bajo la dirección musical de Daniele Gatti.

Hoy, a las 14:00 horas, en el Teatro Nescafé de las Artes.

CD-Kritiken:
Wagner
Walküre, Mariinsky
 






 
 
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