El Mercurio.cl, 28. Oktober 2009
Juan Antonio Muñoz H.
 
Jonas Kaufmann: la voz, la pinta, la excepción y la regla
Es considerado el tenor de reemplazo. Un artista que interpreta lo que canta, que tiene un repertorio de amplitud fuera de la norma y que es un actor consumado.
La ópera vinculada al marketing suele despistar, pero en el caso de Jonas Kaufmann podemos encontrar la excepción y también la regla. El tenor -considerado por muchos como el mejor que ha surgido en Alemania en los últimos treinta años- es un sujeto especial. La voz cantada resulta un híbrido entre el tenor y el barítono, el color es personal y reconocible, y la extensión casi parece ilimitada. Viene de hacer "Lohengrin" en Munich, en diciembre abrirá la temporada de la Scala con "Carmen", París lo espera para "Werther" en febrero, Nueva York para "Tosca" en abril y luego "Carmen", y Bayreuth también con "Lohengrin". Todo tipo de apuestas se hacen en los blogs sobre cuándo se atreverá con "Trovador", "Baile de máscaras", "Aída"... y "Otello". Y él dice que todo vendrá a su tiempo y que quiere cantar todos esos roles. Los presagios son muchos, pero ya hay cosas claras: interpretará su primer Siegmund en "La Walkyria" en el MET en 2011, y la Royal Opera House de Covent Garden pronto lo confirmaría para "Adriana Lecouvreur" y nada menos que como Eneas de "Los Troyanos" que Londres prepara para 2012.

Es uno de los pocos cantantes que hoy tiene contrato de exclusividad con Decca y que se da el lujo de grabar ópera y Lieder. EMI lo fichó para "Madama Butterfly" con Angela Gheorgiu, pero también están a disposición sus álbumes con arias de óperas alemanas, un disco donde alterna fragmentos de "Alfonso y Estrella" de Schubert con arias de "La flauta mágica", "Fidelio" (su Florestán es considerado un parámetro) y "El cazador furtivo", y otro con 28 canciones de Richard Strauss, con Helmut Deutsch al piano (ver recuadro).

La voz de Jonas Kaufmann al hablar casi parece la de un tenor ligero. Nació en Munich en 1969, está casado con la mezzo Margarete Joswig y tiene tres hijos. Habla bien italiano, francés e inglés, y quiere dejar muy en claro que aunque su imagen escénica -más que alemán parece galán italiano o brasileño- concita tanto atractivo como su voz, lo que le interesa es que la gente se conecte con las emociones que se desprenden de lo que se canta. "Tristán y Otello están al final de una larga lista. Quizás de aquí a 10 años. Son papeles que me encantan. También tengo interés en Peter Grimes (Britten). Pero hay que ser cuidadoso. Yo no esperaba cantar tan pronto papeles wagnerianos y ahora ya he hecho Pársifal y Lohengrin. Me encanta Wagner, pero es fácil que a uno lo encasillen como 'tenor wagneriano', en especial si uno es alemán, y yo no quiero omitir a los demás: Puccini, Verdi, los franceses. Además, creo que Wagner tuvo en su mente un cantante de estilo italiano para que cantara sus óperas; me refiero a calidez, intimidad, flexibilidad y belleza de la voz", dice.

Un sueño en su carrera ha sido Cavaradossi ("Tosca"): "Su música es grandiosa, desde el comienzo hasta el final. Lo canté en Covent Garden y ahora espero las funciones en el MET. Es un papel fascinante, por esta mezcla de amor, política y revolución". También adora y cultiva el mundo de Lied. De hecho, fue en este ámbito donde brilló en el Festival de Edimburgo. Cantaba entonces el ciclo "Dichterliebe", de Schumann. Las canciones de Strauss y también el esperado "Die Schöne Müllerin", de Schubert, de pronta aparición bajo Decca, han dejado al público boquiabierto (la placa salió ahora en Alemania y en 2010 estará disponible para todo el mundo). Kaufmann no tiene cohibición escénica, se entrega por completo a lo que canta y a los textos. En estos casos, música que disecta el amor, la ausencia, el sentido de pérdida y la vulnerabilidad masculina. "Cuando canto Lieder siento usar una parte distinta de la voz que cuando hago ópera. Acompañado por un piano, se pueden hacer matices. Para mí es un goce. De hecho, trato de hacer lo mismo en un escenario de ópera aunque la orquesta sea pesada. ¡Quiero cantar 40 años más, pero espero darme cuenta si tengo que dejar esto antes!".

Para empezar a conocerlo
Youtube permite verlo en "La Traviata", casi muriendo junto con Violetta (con Christine Schäfer), o haciendo inevitable el asesinato de la Carmen de Anna Caterina Antonacci (Londres). Quienes tengan el disco "Bel sogno", de Cristina Gallardo-Domâs, podrán escucharlo como Alfredo. Aparte de su "Romantic arias", hay que atenderlo en Mozart, Schubert, Beethoven y Wagner, con la Mahler Chamber Orchestra dirigida por Claudio Abbado (Decca, 2009). Está imperdible en "In fernem Land" y "Mein lieber Schwan", de "Lohengrin". Y no olvidar el disco por el que obtuvo el Gramophon Award: Lieder de Richard Strauss (Harmonia Mundi, 2006), donde luce espíritu y refinamiento en "Morgen", "Die Nacht" y "Sehnsucht".
 






 
 
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