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ProOpera, octubre 25, 2020 |
Ingrid Haas |
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Jonas Kaufmann: Selige Stunde
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El
tenor Jonas Kaufmann y el pianista Helmut Deutsch se conocen desde hace
más de 30 años, cuando el joven tenor estudiaba en la Musikhochschule de
Múnich y Deutsch era ahí maestro de interpretación de Lieder. La
colaboración de ambos artistas en recitales y conciertos alrededor del
mundo es una de las mancuernas más aplaudidas tanto por el público como
por la crítica.
No es de extrañar que ambos hayan decidido hacer
este disco de Lieder, grabado en abril de este año, durante la pandemia.
Dado que no se requería más que dos personas para interpretar estos
poemas musicalizados, Kaufmann y Deutsch se reunieron durante cuatro
días en un estudio para poder grabar 27 joyas del repertorio de
canciones alemanas, incluyendo algunas canciones de compositores no
alemanes como Dvořák, Grieg y Chaikovski.
En las notas del
programa, los artistas cuentan que la selección de las canciones vino de
una “wish list”suya, cuyo común denominador es que se trata de Lieder
que usualmente son interpretados en recital como encores. La selección
tiene que ver también con un carácter de añoranza y romance en algunas
de las canciones y con una atmósfera melancólica y de despedida en
otros. El título del álbum, Selige Stunde (Hora feliz), proviene de la
canción homónima, y poco conocida, de Alexander Zemlinsky.
Comienza el disco con la jovial ‘Der Musensohn’ D. 764 de Franz
Schubert, mostrando a Kaufmann en excelente voz, siempre con dicción
clara y atento a cada palabra que canta. El contar con Deutsch como
pianista hace que el acompañamiento pianístico luzca aún más. La
digitación y elegancia con la que toca el pianista austriaco hace que el
piano “cante” con Kaufmann. Siguen dos preciosas canciones de Ludwig van
Beethoven: ‘Adelaide’, op. 46 y ‘Zärtliche Liebe’, WoO 123. Kaufmann
plasma perfectamente la melancolía y la añoranza de la primera, pasando
luego al carácter romántico de la segunda.
El tenor interpreta
magistralmente el Lied ‘Ännchen von Tharau’ de Friedrich Silcher, con un
acompañamiento que entrelaza muy bien el texto con la música. La melodía
del piano no es complicada pero sí es muy expresiva en manos del
pianista austriaco. No podía faltar en este recital una de las canciones
más bellas del repertorio del Lied es, sin duda alguna, ‘Auf Flügeln des
Gesanges’ op. 34/2 de Felix Mendelssohn. La voz de Kaufmann flota
suavemente sobre la sutil y etérea melodía interpretada por Deutsch.
Empezando con los compositores de habla no alemana, el tenor canta ‘Ich
liebe dich’, de Edvard Grieg, con un estilo “parlado” en algunas frases,
para luego cantar con emotividad y voz potente la declaración de amor a
su amada. Kaufmann nunca se excede en expresividad; sabe dar el toque
justo de pasión.
Sigue ‘Es muss ein Wunderbares sein’ S. 314 de
Franz Liszt y ‘Widmung’ op. 25/1 de Robert Schumann, donde el piano luce
al máximo. Vuelve Schubert con ‘Der Jüngling an der Quelle’ D. 300,
donde Kaufmann hace alarde de su mezza voce, y una canción de un
compositor y pianista poco conocido llamado Carl Bohm llamada ‘Still wie
die Nacht’ (no confundirlo con el director de orquesta Karl Böhm).
Incluye en el programa dos canciones de Richard Strauss: ‘Zueignung’ op.
10/1 y, posteriormente, ‘Allerseelen’ op. 10/8.
Continúa el dúo
con la canción que da título al álbum: ‘Selige Stunde’ de Zemlinsky, de
estilo más moderno pero con una melodía que remite a la ensoñación; ad
hoc con la atmósfera del programa. Otra de las joyas de este disco es
‘In mir klingt ein Lied’, que es un arreglo hecho por Alois Melichar del
‘Étude’ op. 10/3 de Frédéric Chopin, con textos de Ernst Marischka.
Hugo Wolf está representado por dos canciones: ‘Verschwiegene
Liebe’, que comienza con un sonido cristalino y delicado por parte del
piano, igualado por la fineza con la que Kaufmann interpreta el texto; y
‘Verborgenheit’. Posteriormente, en ‘Als die alte Mutter’, op. 55/4 de
Antonín Dvořák, Kaufmann imposta más para acentuar algunos de los
momentos más intensos de la partitura. Recordemos que, al cantar Lieder,
el cantante lírico debe adaptar el estilo de su canto para dar los
matices y colores que exigen estas canciones.
De Johannes Brahms
interpreta ‘De unten im Tale’, WoO 33/6, una canción que depende mucho
de un fraseo elegante, tal como el que Kaufmann tiene y luce. Canta
también, con voz aterciopelada, la bellísima y muy conocida
‘Wiegenlied’, op. 49/4, imprimiéndole su toque personal.
De
Piotr Illich Chaikovski interpreta ‘Nur wer die Sehnsucht kennt’ (con
texto de Johann Wolfgang von Goethe), con un color vocal más oscuro, y
marcando los matices de las distintas emociones en la pieza. De Wolfgang
Amadeus Mozart canta dos preciosos Lieder: ‘Das Veilchen’, K. 476 y
‘Sehnsucht nach dem Frühling’, K. 596, de carácter juguetón y alegre; un
buen contraste con las demás canciones, más melancólicas.
Kaufmann es un excelente narrador y la atmósfera de estas narraciones la
aporta el magnífico acompañamiento de Deutsch. Felix Mendelssohn hace su
aparición nuevamente con ‘Gruss’, op. 19/5 y luego vienen, de nuevo, dos
canciones de Schubert: ‘Die Forelle’ , D. 550 y ‘Wanders Nachtlied II’,
D. 768. De Schumann canta ‘Mondnacht’, op. 39/5, y cierra el disco con
la canción de Gustav Mahler ‘Ich bin der Welt abhanden gekommen’.
La atmósfera íntima de este repertorio y la excelente interpretación
de Jonas Kaufmann y Helmut Deutsch hacen de este disco un verdadero
tesoro para todos los amantes del Lied. |
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