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Opera World, 06 Oct 2014 |
Carlos Javier López |
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La voz de Kaufmann encuentra refugio en la opereta alemana
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Sony
Classical edita el último disco de Jonas Kaufmann, el tenor de
moda, que propone una colección de 17 piezas de opereta en
alemán, inglés y francés acompañado por la
Rundfunk-Sinfonieorchester de Berlín con Jochen Rieder a la
batuta. Con ellas, rinde homenaje a Richard Tauber y a los
tenores-estrella de los años 20 como Joseph Schmidt quienes, en
paralelo a su carrera plenamente lírica, eran conocidos en el
mundo entero gracias a sus colaboraciones en el cine y la
canción ligera.
Tras el triunfo del tenor bávaro en el
multitudinario concierto que ofreció en Berlín en agosto de
2011, Kaufmann se propuso recuperar músicas de la opereta
alemana y convertirlas en páginas de repertorio que ofrecer de
propina en sus recitales. Allí interpretó, entre otras, Du bist
die Welt für mich (You mean que world to me), pieza de Der
singende Traum del propio Richard Tauber, que da título al CD.
El disco no pretende ser una recopilación de las más bellas
melodías aquella época dorada, sino que bucea de manera
exhaustiva en los patrones estilísticos de cada obra, y no evita
los escollos técnicos, como queda de manifiesto en la retadora
Das Lied von Leben des Schrenk, de la ópera cómica El gran
pecador de Eduard Künneke, que exige un tenor de vocalidad
cercana al heldentenor.
La propuesta va más allá de lo
musical, y pretende ser un reflejo de la manera de vivir la
música en aquella época: en la que las fronteras entre la música
culta y la popular eran más difusas; y en la que los
compositores se valían de las grandes voces líricas para
emocionar y divertir, en un ambiente que se prestaba a la pasión
y el sentimentalismo. Alguna de aquellas piezas han seguido en
el repertorio, como la archiconocida Dein ist mein ganzes Herz!,
que Kaufmann canta en inglés y en francés, en un guiño hacia el
gran público al que originariamente iba dirigida. Análogamente,
la canción de Hans May, Ein Lied geht um die Welt, que
popularizara Joseph Schmidt en 1933, es servida con toda la
intención por Kaufmann en su versión inglesa (My song goes
around the world).
En el disco encontramos a un Jonas
kaufmann respetuoso con la música, delicado y contenido.
Seguimos acusando un preocupante empobrecimiento del timbre en
el registro agudo (que el tenor enmascara con pianos y filados
de dudosa pertinencia) y su sempiterno apoyo en la gola, que
afea inevitablemente la línea. Sin embargo, el buen gusto al
escoger el repertorio, la inteligencia al versionar en inglés
algunas piezas y la sencillez con que canta las canciones de
Lehár Girls were made to love and kiss o My little nest of
heavenly blue, por ejemplo, son dignos de aplauso.
Hay
tiempo también para el juego, como en Divan Dolly, el duo de la
opereta de Paul Abraham La flor de Hawai, en la que Kaufmann y
la soprano alemana Julia Kleiter muestran su vis más divertida.
Sorprende la gracia del alemán en la deliciosa Im Traum hast du
mir alles erlaubt del Liebeskommando de Robert Stolz. Una joyita
muy pegadiza con arreglos de Andreas N. Tarkmann, cantada a
media voz, en la que un pícaro y romántico Kaufmann nos regala
lo mejor de este disco. Ecos de las decadentes fiestas vienesas
nos llegan en Grüs mir mein Wien de la Condesa Marizta de
Emmerich Kálmán, donde Kauffman se recrea con un tempo demasiado
lento. El alemán se muestra claramente más cómodo cantando en
alemán, al punto que las páginas en inglés suenan mucho más
planas y frías.
Entre el Jonas Kaufmann de agosto de
2011 al que se escucha en este disco, parece existir un cambio
sustancial: la voz se va agostando gradualmente, y aquellos
agudos atacados con insolencia suenan hoy más inciertos y
vacilantes, como en Freunde, das Leben is lebenswert y en My
little nest de Lehár. El artista ha crecido en este tiempo, pese
a todo, y demuestra en este compacto que puede convencer a los
paladares más exigentes, a la vez que agrada al gran público.
La casa Sony lanzará un DVD con el mismo título en las
próximas semanas, probablemente con la intención de adornar lo
musical con la atractiva imagen del tenor alemán. De esta
manera, Jonas Kaufmann aporta a su discografía un interesante
título con personalidad propia, escogido y cantado con la
inteligencia de los grandes. |
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