Proopera, Septiembre - Octubre, 2012
Por Ingrid Haas
 
Adriana Lecouvreur
 
Hay funciones de ópera que hacen historia por ciertas circunstancias que van desde el debut de un cantante famoso en cierto rol o hasta el estreno de un título que nunca se había puesto antes en alguna importante casa de ópera de abolengo. Ambas condiciones se cumplen en el DVD que reseñaremos a continuación.

Grabada en 2010, esta función de Adriana Lecouvreur de Francesco Cilea causó furor en todo el mundo por tratarse de la primera vez, en más de 100 años, que este título se presentaba en la Royal Opera House. Sus otras representaciones tuvieron lugar en 1904 y 1906. Además de ser estrenada ya en época moderna en Londres, esta Adriana contó con un elenco excepcional encabezado por la soprano rumana Angela Gheorghiu en el rol principal, el tenor alemán Jonas Kaufmann como Maurizio (ambos haciendo su debut escénico en estos papeles), la mezzosoprano rusa Olga Borodina cantando la Princesa de Bouillon y el barítono Alessandro Corbelli encarnando a Michonnet. Mark Elder dirigió esta producción que en el aspecto escénico estuvo a cargo de David McVicar.

Afortunadamente para todos aquellos que amamos las producciones tradicionales, McVicar optó por escenificar esta ópera en la época que apunta el libreto, y esto enriquece la historia. La obra es de carácter absolutamente teatral; recordemos que Adriana Lecouvreur fue una actriz que realmente existió en la Francia del siglo XVIII. Esta diva del teatro no podía ser encarnada en su versión operística por alguien que no tuviese la pasión, la entrega y la fragilidad necesaria para interpretar a esta mujer que se adueñaba del escenario.

Angela Gheorghiu encarna a la atormentada actriz. Mucho se dice que se necesita de una diva para interpretar a otra diva, y éste es el caso. La presencia escénica de Gheorghiu y su sutileza para actuar le dan vida a este personaje de una manera honesta y creíble. Su monólogo de Fedra de Racine en el tercer acto es conmovedor y nunca exagera sus ademanes. En el aspecto vocal estamos ante una voz de carácter más ligero. No estamos ante la enorme voz de una Magda Olivero o de una Renata Tebaldi, pero eso no demerita la excelente interpretación de la soprano rumana. Su ‘Io son l’umile ancella’ y, sobre todo, su ‘Poveri fiori’ son un ejemplo de la introspección a la que puede llegar una gran intérprete como Gheorghiu en dos arias de gran belleza musical. Su fraseo es elegante, refinado y sabe darle dramatismo a su personaje sin desbordar tanto su instrumento.

Tiene en Jonas Kaufmann al compañero ideal para dar vida a esta pareja de enamorados. El tenor alemán hace una creación del ingrato rol de Maurizio, Conde de Sajonia. Iguala a Gheorghiu en intensidad dramática y tiene una excelente química con ella. Vocalmente, el rol le queda como anillo al dedo y podemos ver
su excelente técnica en sus dos arias: ‘La dolcissima effigie’ y ‘L’anima ho stanca’. Kaufmann matiza y llena de virilidad la música de Maurizio y se luce de manera espléndida con un piano bellísimo cuando dice: ‘Bella tu sei, tu sei gioconda’, para luego hacer un crescendo maravilloso en la frase ‘Amor mi fa poeta’, recibiendo una estruendosa ovación.


También impresiona la Princesa de Bouillon de Olga Borodina, quien muestra su caudal de voz en el aria ‘Acerba voluttà, dolce tortura’. Su actuación es algo fría al principio pero mejora al transcurrir la ópera. Quien merece una mención muy especial es el barítono Alessandro Corbelli como Michonnet. Conocido por sus roles cómicos en óperas de Rossini y Donizetti, Corbelli nos sorprende en este rol cantando magistralmente, con un timbre más robusto y plasmando la ternura del eterno enamorado de Adriana. Mark Elder hace un excelente trabajo dirigiendo la Orquesta de la Royal Opera House sin excederse en volumen, cuidando muy bien a sus cantantes y dándole matices e intensidad a la partitura.


 
 
 
 






 
 
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