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El Imparcial, 16 de Enero de 2021 |
Isabel Cantos |
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Liederabend, Madrid, Teatro Real, 14. Januar 2021
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El Teatro Real sigue apostando por la música al más alto nivel: éxito de Jonas Kaufmann
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En la sesión del jueves 14, la segunda del “Festival de estrellas”
programado por el coliseo madrileño, en claro y valiente desafío a las
muchas dificultades por las que viene atravesando la lírica desde hace ya
casi un año, el público de Madrid pudo escuchar la bella voz del tenor
alemán -un peso pesado del bel canto actual-, junto con quien ya desde hace
un tiempo es su acompañante habitual al piano, el austríaco Helmut Deutsch.
Hay que reconocer que esta apuesta de Joan Matabosh, director artístico
de la entidad, la de hacer coincidir en Madrid a tres grandes exponentes de
la lírica operística actual, es, aunque osada, muy inteligente. El público
que acude a estos recitales, programados al margen de los abonos habituales,
suele ser distinto del público del Real que va con abono, y suele aprovechar
las oportunidades, como ésta, que el teatro brinda, al margen de la
programación anual de ópera y ballet, para que cualquiera pueda comprar
entradas aisladas para escuchar a sus cantantes predilectos. Este tipo de
público no se “arruga” por la pandemia ni por los temporales de nieve. Esto
quedó de manifiesto con Joyce DiDonato el miércoles y con Jonas Kaufman ayer
jueves. La guinda del pastel del festival promete ser, sin duda, el recital
del tenor mejicano Javier Camarena, programado para hoy viernes y para el
que no hay entradas desde hace días.
El jueves Kaufmann se mostró más
intimista que nunca. Presentó el contenido de su último álbum, grabado
durante el confinamiento, Selige Stunde (Hora bendita), que toma el nombre
de un lied, cantado ayer, de Alexander Zemlinsky, compositor austríaco
durante muchos años silenciado u olvidado, cuyas obras se están programando
de nuevo desde hace un tiempo. Resulta evidente que los meses de retiro
forzado han servido de cantera para la meditación y la investigación en la
vida de artística de este tenor.
En efecto, el programa presentado
ayer por Kaufmann en el Teatro Real debe calificarse, como mínimo, de
exquisito: Veintisiete lieder en total, cuatro de Franz Schübert, en los que
incluyó la famosa canción Die Forelle (La trucha), tan interpretada tanto
por sopranos (Elisabeth Schwarzkopft) como por tenores (Fritz Wunderlich);
dos de Johannes Brahms, de quien no pudo faltar su célebre canción de cuna
Wiegenlied, Op. 49.4, popularmente conocida como “Guten Abend”; otras dos de
Beethoven, de las cuales, en la última, Adelaide, Kaufmann derrochó
intimismo y sentimiento; dos también de Mozart, donde destacó el bellísimo
tema Das Veilchen (La violeta), también interpretado por voces masculinas y
femeninas (Elly Ameling, Barbara Bonney, Christoph Genz); dos también de
Hugo Wolf. En definitiva, Kaufmann presentó una rigurosa y bellísima
selección de los leader románticos europeos más bellos en lengua alemana.
No solo hubo autores alemanes y austríacos (aparte de los ya citados,
Mendelssohn, Schumann, Silcher, Liszt, Richard Strauss, Carl Bohm y Mahler;
éste con su Ich bin der Welt abhanden gekommen -Estoy perdido para el
mundo-, también cantado por DiDonato el día anterior, con el tenor alemán
que cerró el programa). También hubo lugar para otros compositores europeos,
como Chopin, con el arrebatadamente romántico tema In mir klingt ein Lied
(Una canción suena dentro de mi), arreglado por Alois Melichar, el
conmovedor Als die alte Mutter, de Dvořák -que describe el sentimiento de
una madre al enseñar canto a su hijo y el de éste, ya anciano, al
recordarlo-, para Chaikovski y su Nur wer die Sehnsucht kennt (Solo quien
conoce el anhelo), y para Edvard Greig y su Ich liebe dich, sin duda uno de
los más bellos temas de la velada, donde vimos a un Kaufman apasionado y
nostálgico.
Junto a Kaufmann, Helmut Deutsch, al piano, estuvo a la
altura requerida por tan ambicioso programa: virtuoso, delicado y
propiciando en todo momento el lucimiento del tenor. No en vano Deutsch está
considerado uno de los mejores acompañantes vocales de las últimas décadas,
pues ha colaborado, entre otros, con cantantes de la talla de Ileana
Cotrubas, Anne Sofie von Otter, Barbara Bonney, Diana Damrau, Hans Hotter o
Matthias Goerne.
El público arrancó a Kaufmann hasta cuatro bises,
para los que el tenor eligió a Richard Strauss: Traum durch die Dämmerung
(Sueño a través del crepúsculo), Breit' über mein Haupt (Bien por encima de
mi cabeza), Nichts (Nada) y Morgen (Mañana); sin duda, un broche magistral y
sofisticado a la altura de tan pensado repertorio.
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