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El País, 26 Feb 2018 |
Javier Pérez Senz |
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Wolf: Italienisches Liederbuch, Palau de la Musica,
Barcelona, 24.Februar 2018 |
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El lied sin divismos
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Jonas Kaufmann, Diana Damrau y Helmut Deutsch levantan pasiones en el Palau |
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No es habitual poner las entradas de una velada liederística a precios que
alcanzan los 175 euros, cifra más propia de un espectáculo operístico que de
una íntima cita de cámara. Tampoco es normal que se agoten. Pero es que todo
lo que hace Jonas Kaufmann, el tenor más deseado del mundo, es
extraordinario. Y en su regreso al Palau, ante una sala abarrotada, levantó
pasiones acompañado por la soprano Diana Damrau y el pianista Helmut Deutsch
en una sensacional versión del Libro italiano de canciones de Hugo Wolf.
Curioso fenómeno artístico el de Kaufmann, pues son noticia tanto sus
éxitos como sus tan temidas cancelaciones. Es lo que tiene ser el máximo
divo de la escena operística mundial; en el Liceo ya han puesto velas a San
Gregorio Magno, patrón de los cantantes, ante el debút escénico del tenor
alemán como protagonista de Andrea Chénier, de Giordano, en tres funciones
-los días 9, 12 y 15 de marzo- con las localidades más caras, al astronómico
precio de 385 euros.
De momento, en el Palau pueden cantar victoria:
Kaufmann acudió fiel a la cita liederística más esperada de este año en el
templo modernista, escenario en el que ya había mostrado su faceta
liderística con éxito, en 2016, también acompañado por Deutsch, uno de los
maestros de referencia en el arte del lied.
El Palau acertó al
apostar por un programa consagrado a una de las cumbres del repertorio
romántico germánico, el bellísimo Libro italiano de canciones de Hugo Wolf,
sobre poemas italianos anónimos traducidos al alemán por Paul Heyse.
Las 46 canciones que integran el libro muestran el arte de madurez de Wolf
en su innovadora fusión de palabra y música al servicio de un ideal de
expresión romántica sin la más mínima concesión al efectismo. Es, además, un
autor en el que Damrau, Kaufmann y Deutsch se mueven con una naturalidad y
un dominio del estilo que elevaron el listón de calidad al máximo nivel
artístico.
La variedad en los matices y acentos poéticos y el brillo
vocal se dieron la mano en una irresistible versión, con pasión y efusividad
lírica y, también, una bien medida teatralidad que animó el fluido diálogo
amoroso con toques de humor, pero sin excesos.
Cuestión de
sensibilidad y también de humildad a la hora de recrear esta hermosa música
manteniendo a raya cualquier tentación divista. Cuestión, también, de
complicidades entre los cantantes y un piano que recrea e ilustra el sentido
de los poemas con refinados colores y matices. Ante el aluvión de aplausos,
regalaron como propinas dos dúos de Schumann y Mendelsshon. |
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