Peralada (Girona), 4 ago.- A simple vista puede parecer un tipo de lo más
normal. Hasta que sube al escenario. Su sola presencia ha seducido desde el
primer minuto a los espectadores del Festival de Peralada, que han quedado
prendados de la elegancia que emana de Jonas Kaufmann, uno de los tenores
más en boga del momento.
El bávaro ha regresado al festival
ampurdanés dos años después de su primera visita con un registro operístico
en el que muestra las últimas incorporaciones a su repertorio.
Kaufmann ha dividido la actuación en dos partes, y en ambas ha alternado sus
intervenciones con piezas instrumentales interpretadas por la Orquesta de
Cadaqués, que ha acompañado al artista a lo largo de más de tres horas de
concierto.
La primera parte ha arrancado con la apertura de la ópera
francesa "Le Cid", de Massenet, una pieza instrumental a la que ha seguido
la irrupción del tenor con "Lo l’ho perduta…Io la vidi", del Don Carlo de
Verdi.
Kaufmann ha interpretado dos piezas más de las óperas
"Trovatore" y "La forza del destino" del autor italiano, a las que se ha
sumado "Ô souverain, ô juge, ô pere", de "Le Cid".
En estas obras, el
bávaro ha mostrado su versión más emotiva y sensible, que ha arrancado los
bravos y los silbidos de un público que ha subido la intensidad de sus
ovaciones a medida que avanzaba el concierto.
La segunda parte del
concierto ha supuesto un cambio de tesitura: con la música de Wagner como
protagonista, el artista ha esgrimido una versión más dramática, acorde al
carácter de la ópera alemana.
Ha abierto con el aria "Ein Schwert
verhiess mir der Vater", de "Die Walküre", ha continuado con dos lieders del
alemán, y ha escogido una pieza de "Parsifal" para cerrar la noche con
intensidad.
Llegados a este punto, el público ha decidido que sus
elogios hacia el tenor no eran suficientes y ha comenzado a golpear el suelo
con insistencia, en medio de gritos y aplausos.
Entre este público
tan entregado estaba el presidente de la Generalitat de Cataluña, Artur Mas,
y el Conseller de Cultura, Ferran Mascarell.
Animado por el júbilo de
los espectadores, Kaufmann se ha recreado en los bises con cuatro piezas de
óperas de Puccini, Léhar y Cilea.
Kaufmann ya actuó en Cataluña hace
cuatro meses, cuando encandiló al Liceu con una interpretación de la
dolorosa introspectiva de los Lieder de Schubert.
El Metropolitan de
Nueva York (Estados Unidos) fue el escenario de su debut en 2006, y La
Traviata la ópera que le valió un puesto en la primera fila del panorama
internacional.
Desde entonces, Kaufmann ha pisado los escenarios de
casi todo el mundo y ha puesto voz a un amplio repertorio en italiano,
francés y alemán.
El artista alemán, de 45 años, es considerado como
el "tenor del momento" por su carisma, virtuosismo y versaltilidad.
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