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ProOpéra, Mexico, Febrero 2010 |
por Massimo Viazzo |
Verdi: Messa da Requiem, Milano, 18. und 20.
November 2009
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Requiem de Verdi en Milán
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Un
Requiem de Verdi no completamente resuelto es el que se interpretó en la
Scala después de haber sido llevado de gira por medio mundo (de Berlín a
Roma, y de Tokio a Paris) en los últimos seis meses. El responsable de este
incierto éxito fue el propio “maestro scaligero” Daniel Barenboim quien,
después de su problemática Aida, montada hace algunos meses en el máximo
teatro milanés, parece no haber encontrado aún una convincente llave de
lectura frente a la música verdiana, y lo que le ha faltado ha sido
espontaneidad y naturalidad. La visión interpretativa pareció estar más
centrada en los episodios individuales, evocando sólo esbozos de ese respiro
universal que se manifiesta en toda su fuerza pánica y sólo en presencia de
una arcada expresiva unitaria.
No quisiera ser malinterpretado, pero el impacto de este Requiem fue
notable, aunque frecuentemente existió la sensación de estar frente a una
sinfonía para solistas, coro y orquesta. Sin embargo, fue interesante el
cuidado de las mezclas tímbricas más oscuras, la exaltación de los metales
y, sobre todo, de las percusiones. Barenboim encontró colores muy negros y
de fuerte sugestión. La participación del Coro del Teatro alla Scala fue
grandiosa. Esta agrupación dirigida por Bruno Casoni no tiene rivales en el
mundo cuando se trata de cantar este repertorio. Aglutinación, acento,
timbre, respiro, fraseo ¡Todo sonó extraordinariamente idiomático!
Jonas Kaufmann, tenor del momento, de hermoso y bronceado timbre, delineó
una envidiable seguridad en la emisión de los agudos y maniobró con bravura
las mezze voci (‘Hostias’) y condujo la línea vocal modulando el fraseo con
delicadeza. Su ‘Ingemisco’ quedó marcado en el público. Barbara Frittoli
cantó con propiedad estilística, resultando imperiosa en su momento de
máxima concentración, el ‘Libera me’, y muy delicada en la reanudación del
‘Requiem aeternam’ que condujo al temido agudo final (que sonó muy pulido y
brillante). Sonia Ganassi utilizó su instrumento vocal sin límites y, si el
fraseo pareció no ser muy variado, la mezzo-soprano emiliana convenció por
su determinación y su personalidad. La prueba de René Pape (que sustituyó de
último minuto al bajo coreano Kwangchul Youn) fue un poco pálida y poco
carismática. Sin embargo, La Scala apostará mucho por este cantante en el
futuro, ya que Pape hará el papel de Wotan en el nuevo Ring wagneriano que
comenzará en la primavera. |
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