|
|
|
|
|
ProOpera, Mexico, Marzo-Abril
2009 |
por Claudio Vellutini |
Massenet: Manon, Chicago, September/Oktober 2008
|
Manon en Chicago
|
|
La Ópera de Chicago presentó una de las
producciones más irresistibles de los últimos años de esta obra de Massenet.
El esperado evento marcó la colaboración en este escenario de la soprano
Nathalie Dessay, el tenor Jonas Kaufmann y el director David McVicar. Este
último, con su equipo de producción, no abandonó la ubicación original donde
se sitúa la trama, pero la alejó de la típica opulencia dieciochesca, y los
vestidos amplios y las pelucas se utilizaron poco. La acción se desarrolló
en una suerte de anfiteatro en cuyas butacas se ubicaron unos lujuriosos
voyeuristas, ya que el sexo es uno de los temas subyacentes en este montaje.
El cambio de luces y algunos objetos sencillos indicaban los cambios de
escena de manera esencial y efectiva. En esta ocasión, la acción no requirió
de elaborados decorados para ser atractiva, sino que surgió naturalmente de
la interacción de los personajes, lo que demuestra que no es necesario
depender de exuberantes y detalladas escenografías, pero sí de una cuidadosa
comunicación e introspección en la psicología de los personajes.
Dessay se presentó en esta producción en Barcelona en el 2007, con Rolando
Villazón, y desde entonces ha demostrado ser una intérprete ideal para el
papel. Se mostró en buena forma, ya que su voz ha adquirido más potencia en
el registro grave, apropiada para los momentos dramáticos, y su registro
agudo permanece brillante e impecable, pero su interpretación va más allá
del simple control de cada nota: es la espontaneidad en su modo de dar vida
a las palabras por medio de un manejo sutil de los colores vocales y los
acentos. Kaufmann debutaba el papel de Des Griuex. Primero, su voz
oscura, casi baritonal, pareció no ser la ideal para comunicar la inocencia
juvenil del personaje, pero muy pronto uno queda atrapado por el
refinamiento de su canto, sus ricos matices, sus mezze voci y su precisión
actoral. El resto de cantantes fueron profesionales, y proveyeron
excelente marco para la interpretacion de los principales. El barítono
Christopher Feigum fue un sólido Lescaut y el bajo Raymond Aceto un
autoritario pero humano Geronte. Emmanuel Villaume dirigió la orquesta con
gran cuidado, resaltando la refinada orquestación y con adecuado apoyo para
los cantantes. |
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|