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El Pais, 7 MAR 2018 |
BLANCA CIA |
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“No es mi estilo comportarme como un divo”
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El tenor Jonas Kaufmann, estrella con ‘Andrea Chénier’ en el Liceo |
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No le ha resultado fácil al Liceo “fichar” al tenor alemán Jonas Kaufmann
para que interpretara al poeta Andrea Chénier en la ópera del mismo nombre
de Umberto Giordano. Lo hará en tres únicas funciones —9, 12 y 15 de marzo—
con todas las entradas prácticamente vendidas. La clave de esa dificultad la
explicó el propio tenor en una rueda de prensa: “en el mundo hay seis
teatros principales para los que nos dedicamos a la ópera, el Metropolitan
Opera House de Nueva York, el Covent Garden de Londres y las de París,
Viena, Milán y Múnich. Y no hay ninguna sala española. Reconozco que es un
poco vergonzoso no haber actuado antes en funciones representadas en España
y por eso estoy aquí ahora”. Kaufmann, que debutó en el Liceo en 2004 con la
Missa Solemnis (Beethoven) e interpretó el ciclo Lieder Winterreise en 2013,
se mostraba encantado de estrenarse en el Liceo con una ópera que, además,
es una de sus favoritas: “también entiendo que se programe poco porque
necesita voces de nivel y eso resulta caro”. En efecto, son figuras de
primer nivel las que compartirán reparto con Kaufmann, la soprano Sondra
Radvanovsky y el barítono Carlos Álvarez. La Andrea Chénier que se verá en
el Liceo, dirigida por David McVicar y con la batuta de Pinchas Steinberg,
es una espectacular producción del Covent Garden de Londres, el Centro
Nacional de Artes Escénicas de Beijing y la Ópera de San Francisco que se
estrenó en 2015 en Londres con el propio Kaufmann encabezando el reparto. En
el papel de poeta también actuarán los tenores Jorge de León y Antonello
Palombi. La soprano Julianna Di Giacomo y el barítono Michael Chioldi se
estrenan en el rol y en el Liceo en el seguno cast de Andrea Chénier.
Es un montaje realista que reproduce el tiempo de la Revolución Francesa
con unos decorados y vestuarios absolutamente fieles a la época que
encuadran la historia del triángulo amoroso. “Hay otras óperas que se pueden
descontextualizar de su tiempo pero no es el caso de Andrea Chénier”, opina
Kaufmann que la califica de una obra muy emotiva no fácil de interpretar,
“son cuatro arias, tres dúos y otras escenas y hay que calcular muy bien,
saber reservar para poder llegar bien al final pero, a la vez, dándolo todo
desde el principio”. Hablando de su voz —el tenor ha cancelado más de una
actuación—, reconoció que la voz también envejece: “es evidente que no se
puede hacer lo mismo que hace 10 años”. El secreto para poderla mantener
bien: “comida sana, poco alcohol y ejercicio físico porque la voz depende
del estado general”. No quiso vaticinar su futuro: “es difícil saber qué
pasará en 20 años aunque no me veo demasiado como barítono”.
Consciente de que actualmente es uno de los tenores más codiciados, Kaufmann
dijo que no sentía “en exceso” la presión del éxito: “creo que hago lo que
tengo que hacer. Es cierto que es una profesión egoísta y reconozco que yo
cantaría aunque no tuviera público”. Para el tenor, lo más complicado de
llegar a la cima de una carrera es “mantenerse arriba” y para eso, añadió,
“hay que seguir buscando la calidad y cuestionarte lo que estás haciendo”.
Distendido, contestando todas las preguntas, Kaufmann dijo que sigue
teniendo los pies en el suelo: “intento comportarme como una persona normal
en el trato con todo el mundo. No es mi estilo comportarme como un divo”.
La voz más cara También dejó claro que desde que empezó su carrera
—debutó en Nueva York en 2006— ha evitado ser encasillado: “nunca he querido
hacer seis o siete roles, porque para mí eso es aburrido. Cantar siempre las
mismas cosas complica tener nuevas ideas y la música es algo vivo que tiene
que emocionar para poder emocionar al público”. El tenor no esquivó entrar
en arena política y al ser preguntado por la situación de Cataluña apuntó
que entendía que en pleno siglo XXI “hay que buscar las soluciones
negociando y no en la calle y con policía” y apuntó que Cataluña tiene que
calibrar las consecuencias de lo que hace “porque probablemente si se aísla
estará en peor situación”.
Tanto la directora artística del teatro,
Christina Scheppelmann como el director general Roger Guasch, se mostraban
encantados con Kaufmann cuyo fichaje ha sido el más alto de las últimas
cuatro temporadas, según reconocían desde la dirección general que, no
obstante, apuntaban que no ha supuesto un sobreesfuerzo económico para las
cuentas del Liceo. Las entradas de las tres funciones en las que está el
tenor alemán estaban fuera de abono y tenían precios considerablemente más
altos con una media de 180 euros y las más caras de 350. |
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