Opera Actual, Noviembre 2009
por Pablo Meléndez-H.
 
CD Review: Mozart, Schubert, Beethoven, Wagner Arias
Más allá de los contadísimos productos discográficos que el mercado lírico ha lanzado en los últimos años, unos con más acierto, otros con menos, parece que el que DECCA ha confeccionado para lucimiento del tenor Jonas Kaufmann es de los más afortunados. La última entrega con la que el sello británico ha apostado por el cantante alemán constata que Kaufmann es uno de los artistas con más entidad artística del siglo XXI. Con su voz de oscuro timbre baritonal, tremendamente homogénea y bellísima, el tenor se adentra con todos los acentos románticos posibles en un repertorio que parece haber sido compuesto para sus facultades vocales. Brillan con luz propia sus incursiones wagnerianas en escenas como “In fernem Land” y “Mein lieber Schwann!” de Lohengrin, “Winterstürme wichen dem Wonnemond” de Die Walküre y “Amfortas! – Die Wunde!” y “Nur eiene Waffe taugt”, de Parsifal, las que merecen incluirse en los anales de la historia discográfica del padre de la ópera alemana por la nobleza con la que afronta el fraseo de cada una de ellas y por la redondez y perfección del estilo; actualmente, es tal la pobreza de tenores wagnerianos que la aportación de Kaufmann en este repertorio abre una nueva brecha para gloria de fanáticos y seguidores del compositor. Sin embargo, no se aprecia la misma adherencia natural de su talento en “Dies Bildnis ist bezaubernd schön” y en “Die Weisheitslehere dieser Knaben”, ambas arias de La flauta mágica mozartiana, bien cantadas, con perfecta dicción – se le entiende cada palabra del texto – pero con una voz que en ocasiones peca de excesivo peso. De nuevo en terreno romántico, sus aportaciones en dos páginas del poco divulgado repertorio operístico de Schubert – concretamente en arias de Fierrabras y Alfonso un Estrella -, el tenor vuelve a enamorar por su sincera musicalidad. Además, Kaufmann ofrece en este cedé una versión de “Gott! Welch Dunkel hier!”, del Fidelio de Beethoven que quita el aliento por su valentía en los extremos de la tesitura y su teatralidad en el fraseo. El producto queda lujosamente perfilado gracias al magistral acompañamiento de la Mahler Chamber ORchestra dirigida por un Claudio Abbado tocado por la mano de Dios, eso seguro. Como para ser Selección Ópera Actual.
 
 
 






 
 
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